jueves, 6 de agosto de 2020

BIBLIOTECA: Leyenda del mate y la luna - Leyenda de la yerba mate

--- Publicación con fines culturales y educativos


Día del Mate: cuándo es, por qué se celebra y cuánto se toma en la ...

¡Hola Chicos!
Espero que hayan descansado mucho, mucho.

   Esta semana les voy a compartir  versiones de una misma leyenda. La leyenda de la Yerba Mate.

   La leyenda es una narración breve que se transmite de forma oral, cuyo propósito o intención es explicar los hechos, tradiciones y costumbres de un pueblo de forma sobrenatural o fantástica. Este tipo de relato se caracteriza por formar parte del folclore y tradiciones de un pueblo determinado.

  Al ser relatos que se transmiten de forma oral, de boca en boca, podemos encontrar muchas versiones de una misma historia.





LA LEYENDA DEL MATE Y LA LUNA



     Los guaraníes cuentan que la luna, Yacy paseaba desde siempre por los cielos nocturnos, observando curiosa los bosques, las lagunas, el río y los esteros desde lo alto. Cada día contemplaba su belleza como una niña que está conociendo el mundo por primera vez.
    Sin embargo, a sus oídos fueron llegando los relatos de quienes habían visitado el mundo y que le iban contando de la vida de los animales, de la belleza de las flores, del canto de los grillos, el piar de las aves, del sonido del río… y la luna fue tornándose cada vez más curiosa y con deseos de visitar la tierra.
    Así que un día se decidió y, junto con Araí , la nube, fue a pedirle autorización a Kuaray, el Sol, para que las dejase bajar un día a la tierra para así poder contemplar de cerca las bellezas del mundo. El dios Sol se mostró reacio a dejarlas partir, pero por fin cedió y las dejó marchar. Sólo les impuso una condición: en la tierra serían vulnerables a los peligros de la selva como cualquier humano, aunque también serían invisibles para estos. Luego las dejó partir.
     Fue así como la luna, Yacy, llegó un día a la tierra. Y junto con Araí fueron visitando los lugares que veían desde las alturas, maravillándose a cada paso. Observaron de cerca como las arañas tejían sus redes, sintieron el frío del agua del río, tocaron la tierra roja con sus manos.
    Tan absortas en su mundo estaban ambas diosas que no se percataron de la acechanza de un yaguareté que las seguía de cerca. El felino estaba hambriento y quería comer, por lo que en un momento largó el zarpazo para atrapar a las mujeres.
     En el momento justo cuando estaba por alcanzarlas, el animal fue alcanzado por una flecha lanzada por un joven cazador guaraní, que justo pasaba por el lugar, y que sin saberlo, salvó la vida de las diosas.
     El joven cansado por la búsqueda, pero feliz por su conquista, decidió descansar al pie de un árbol, antes de regresar a la tribu. Y entonces se durmió. Y en sus sueños fue visitado por las diosas que, vestidas de blanco, le hablaron con cariño. Yacy le dijo que como símbolo de gratitud, cuando llegue a su tribu, encontrará un arbusto a la entrada que nunca antes había visto. Le dijo como hacer con sus hojas para preparar una infusión que uniría a las personas de todas las tribus, como símbolo de hermandad y de confraternidad.
    Cuando se despertó y volvió con su gente, el joven cazador vio el arbusto a la entrada del campamento y siguiendo las instrucciones que la diosa le dio en sueños, el muchacho buscó una calabaza hueca, picó las hojas del arbusto, las puso dentro y llenó el cuenco con agua. 
   Luego, con una pequeña caña tomó la bebida. Inmediatamente compartió la infusión con la gente de la tribu que observaban curiosos el trabajo del cazador. La calabaza fue pasando de mano en mano, y todos fueron tomando la infusión.
   Así nació el mate, que une a las personas, que es un símbolo de paz y confraternidad. Y que fue un regalo de la luna a los hombres para que compartan vivencias, para que fomenten su amistad, o para que disfruten un silencio compartido.

   LA LEYENDA DE LA YERBA MATE

   Contaban los ancianos que a la vera de un arroyo, en medio de la selva misionera, se había detenido un nativo de mucha edad que, agobiado por el peso de los años, ya no podía seguir a su tribu.

   Los suyos siguieron su camino, quedaron entonces el anciano y su hija, la hermosa Yarí, que no quiso abandonarlo, solo en la espesura del monte.

   Una tarde llegó hasta su refugio un extraño viajero, que hablaba el mismo idioma que ellos, pero a quien sus ropas lo hacían ajeno a la región. Yarí y su padre asaron un acutí y convidaron al extraño con ese y otros humildes manjares que les brindaba el monte.

   Al recibir tanta hospitalidad y esfuerzo de parte del padre e hija, el visitante, que no era otro que Tupá (el Dios del bien), quiso recompensarlo para que pudieran dar siempre un generoso agasajo a sus huéspedes y aliviar sus largas horas de soledad.

   Hizo brotar Tupá una nueva planta en la selva y nombró diosa protectora de ella a Yarí. Les enseñó a secar sus ramas al fuego y preparar una exquisita infusión que repondría las fuerzas de quien la tomara y haría las delicias de sus visitantes.

   Quedó pues la planta bajo la tierna protección de la hermosa joven, que fue desde entonces Caá Yarí, custodia de los yerbales y su fruto.
   El regalo de Tupá, la infusión vivificadora, no era otra cosa que nuestra yerba mate.


También les voy a dejar dos videos que también tienen algunas diferencias:


                                 LEYENDA DE LA YERBA MATE. VERSIÓN VIDEO 1

                                    LEYENDA DE LA YERBA MATE. VERSIÓN VIDEO 2

Lean las leyendas y miren los videos, y traten de encontrar en qué se diferencian las versiones sobre la  leyenda de la Yerba Mate.

¡Les mando un beso grande!
Seño Vero

1 comentario:

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